'Digimon Adventure' y 'Last Evolution Kizuna': una carta sin firmar

Mariposa. Fuente: Digimon Adventure: Last Evolution Kizuna.
Después de varios meses desde el estreno en cines de Digimon Adventure: Last Evolution Kizuna, es el momento de procesar todo aquello que la película nos ha ofrecido y comprender su mensaje en mayor profundidad, hacer frente a una realidad que, aunque pareciera cerrar una historia, es un puente de unión con otro final que ya conocemos.

Last Evolution supone un regalo plagado de nostalgia. A diferencia de otros proyectos relacionados con la serie original, aquí se ha mimado al detalle todas las referencias, desde mostrar a anteriores personajes de la obra, como Willys y Terriermon (Digimon: La Película) o Meico y Meicoomon (Digimon Adventure Tri), pasando por utilizar la banda sonora del anime original hasta recuperar las míticas escenas de digievolución. Todo con el objetivo de hacer disfrutar al espectador que ha crecido con la saga y hacerle volver a sentir un niño elegido otra vez.

El público, como acabamos de decir, ha crecido, han pasado 20 años, y el film entiende que debe mostrar una trama que combine recuerdos con los problemas de los jóvenes adultos. Conectando con estos y tocando la fibra más sensible, la que supone una despedida de un ser querido, en este caso sus compañeros digimon. Algo que va a estar constantemente mencionándose. 

Tai y Agumon. Fuente: Digimon Adventure: Last Evolution Kizuna.
Verdad que Tai y Matt cargan con el peso, sobretodo el primero, del largometraje pero incluso en las breves escenas en las que aparecen el resto de coprotagonistas de Adventure, se nos hace ver sus personalidades, en especial Sora. Porque es tan importante lo que se dice/muestra como lo que no se dice/muestra en una propuesta cinematográfica tan especial como es Kizuna.

Y tras la épica, la lucha, el clímax de una película que no deja de hacernos sentir subidos a una montaña rusa de sentimientos, toca decir adiós. Conversaciones simples, del día a día, pero que suponen una puñalada en el corazón. Y hace daño. Mucho. Las mariposas vuelan. Sus espíritus se marchan. Las lágrimas caen. Nos hacen olvidar todo, desde que T.K. ahora escribe, que Joe tiene un brillante futuro como doctor, que Izzy no cesa trabajando con su empresa informática. Que todos, al fin y al cabo, están creciendo y continúan avanzando en su madurez.

Es entonces cuando el epílogo de Digimon 02 se activa en nuestra memoria. Aquella estampa, que gustará más a unos que a otros, se hace tangente. Y recordamos la premisa que siempre nos ha acompañado: los digimon nunca mueren. Por ende, los volveremos a ver. Porque Digimon Adventure: Last Evolution Kizuna es una carta sin firmar. Porque nadie quiere cerrar definitivamente la Puerta Digital y porque ser adultos no significa dejar de ser niños por dentro. Porque mientras recordemos, estaremos siempre juntos.

¿Qué te apetece hacer mañana?

Tai y Agumon. Fuente: Digimon Adventure: Last Evolution Kizuna.

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