En el año 2010 se lanzó para PS3 y Xbox 360 un juego llamado Nier. El título de Square Enix era un action-RPG con ciertos problemas técnicos y una jugabilidad algo tosca, pero con una narrativa y una banda sonora magistral. Nier tenía un enorme potencial, pero pasó bastante desapercibido en un momento en el que los JRPG estaban de capa caída. El boca a boca lo convirtió en un juego de culto, y el lanzamiento de la secuela Nier Autómata en el año 2017 le dio a la saga la visibilidad y la relevancia que merecía ya la primera parte. Aprovechando esta situación, Square Enix ha decidido actualizar el juego y lanzarlo en los sistemas actuales, en lo que se podría considerar prácticamente como un remake.
Nier nos pone en la piel de un joven que debe encontrar una cura para su hermana, que ha contraído una enfermedad mortal conocida como la necrosis rúnica. Moviéndonos por un mundo similar al del medievo, deberemos visitar lugares muy variados para encontrar pistas que nos lleven a dar con una solución. Por el camino combatiremos, conoceremos a personajes de lo más variopintos... y empezaremos a descubrir que no todo es lo que parece. Y es que Nier es un juego distinto e innovador en muchos aspectos.
Fuente: Ruetir.
La base de la jugabilidad es la de un action-RPG bastante clásico. El sistema de batalla ha experimentado cambios muy profundos en este remake, y ahora se parece mucho más al de Nier Autómata. Es un sistema ágil y divertido, cercano al hack and slash, en el que podemos usar diversas armas (espadas, lanzas, espadones a una mano...) y magias de distintos tipos (proyectiles, una mano oscura, agujas...), a lo que se le suma la posibilidad de esquivar y bloquear ataques, además de hacer parrys. La mejora con respecto al original es muy notoria, y el sistema de batalla brilla con fuerza especialmente en los combates contra jefes, que son bastantes, muy variados y cuentan con un excelente diseño.
Pero Nier no es sólo eso. Hay secciones en las que el juego cambia drásticamente y se convierte en un matamarcianos con perspectiva cenital. A veces coqueteará con el terror, mientras que en otras ocasiones se convierte en una visual novel o introduce una mazmorra tipo Zelda. Y todo ello lo hace con total naturalidad y adecuándose perfectamente al momento narrativo en el que se encuentra. Nier es un videojuego que tiene la capacidad de sorprendernos a cada paso que damos.
Fuente: Twinfinite.
La historia es otro elemento que esconde mucho más de lo que parece. La premisa inicial es sencilla, la tenemos más que vista. Sin embargo, a medida que vamos jugando vamos viendo situaciones que nos invitan a reflexionar, a cuestionarnos cuál es la verdad que esconde ese enigmático mundo. A esto ayuda mucho el desarrollo de los personajes principales. Son pocos, pero todos ellos están perfectamente construidos, tienen muchas capas y resultan inolvidables. Nier es un juego que cuenta con varios finales de manera que, cuando acabamos la primera ruta, la historia retrocede hasta cierto punto, y tenemos que volver a jugar varias secciones con cambios en el argumento pero sin novedades jugables. Lo que aportan las nuevas rutas a nivel narrativo nos explotará la cabeza, pero quizá se echan en falta novedades a nivel jugable. No hubiera estado de más un aumento de la dificultad o nuevas zonas y jefes.
Fuera de la historia principal podemos realizar actividades como cultivar verduras, frutas y flores, pescar o mejorar nuestro equipo a base de materiales. También hay un gran número de misiones secundarias, pero son bastante genéricas y la mayoría de ellas no aportan demasiado ni jugable ni argumentalmente. También tenemos una serie de pruebas que nos invitan a superar diversos combates con objetos medicinales limitados. En la versión original esto era un DLC, pero en esta ocasión se ha incluido directamente en el juego principal.
Fuente: Comunidad Xbox.
Gráficamente la mejora ha sido más que notable. Se nota especialmente en los escenarios y en el diseño de los personajes principales, mucho más cercanos al anime y al estilo de Autómata. No es un título que esté a la última ni en la generación de PS4/One, pero tampoco necesita mucho más para resultar atractivo. Lo que sí he notado es una fluidez mucho mayor en el framerate con respecto a Nier Autómata, el cual era irregular en demasiados momentos (al menos en versión de PS4). Por su parte, la banda sonora es de un nivel altísimo, de lo más destacado del juego. Temas como "Hills of Radiant Wings", "Song of the Ancients" o "Sacrifice" son de esos que se quedan grabados en la memoria para siempre. Es una banda sonora que mezcla lo épico con lo misterioso, con un resultado final impresionante.
Es difícil transmitir por escrito lo que supone jugar a un juego de la saga Nier. Muchos lo empezarán y lo abandonarán antes de terminarlo, por falta de paciencia o porque el juego no es para todo el mundo. Pero aquellos que hagan un acto de fe y decidan continuar hasta el final, quizá acaben descubriendo una de sus sagas favoritas. A nivel general, Nier Autómata me parece un juego más redondo y pulido, especialmente en el tema de las diversas rutas de la historia. Pero mucho de lo que propone ese juego ya estaba en este Nier Replicant, que ahora cuenta con una versión mucho mejor a nivel jugable y gráfico, y que resulta totalmente recomendable. Por fin Nier ocupa el lugar que merece.
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