El reflejo de nuestra sociedad en 'One Piece'

Luffy con su cartel de búsqueda y captura. Fuente: Crunchyroll.
Hace 25 años que comenzó la gran batida en busca del One Piece. Una obra manga de Eiichiro Oda que ha logrado posicionarse como una franquicia plagada de éxitos y que presenta una variada gama de personajes, de mundos y de temas sociales que producen una conexión emocional con el lector y espectador. 

Las aventuras de la banda de sombrero de paja no es solo una historia plagada de fantasía y sueños, también ofrece una brutal carga de crítica social, donde la política, el poder, la riqueza, el racismo o la familia, entre muchas otras cosas, permiten convertir a One Piece en un reflejo cristalino de nuestra sociedad.

Luffy es el protagonista indiscutible y profesa una de las grandes luchas que surcan los sietes mares: la libertad. Quiere poder descubrir el mundo, atravesar los océanos, los cielos y los infiernos, si fuera necesario, para lograr convertirse en el rey de los piratas. Una meta difícil pero no imposible, aunque tenga que hacerse enemigo de aquellos que coartan sus deseos. Entre su tripulación, amigos y conocidos, ansían esa libertad que a veces tanto cuesta con una sociedad que nos ata a la rutina y merma las ganas de continuar en la búsqueda de la felicidad.

Bandera del Gobierno Mundial ondeando. Fuente: El Nuevo Mundo Wiki.
Otro aspecto destacable es el poder representado por los nobles mundial, la élite que controla el gobierno mundial mediante la armada y ciertas redes escondidas en las profundidad de la oscuridad. Los poderes de los reyes y oligarcas someten a la población. Las dictaduras o las monarquías absolutas son ejemplos representados en la serie. Y que evidencian un problema que Luffy y sus amigos buscan torpedear a toda costa.

Y de nobleza y poderes pasamos a la familia. Los lazos familiares son una constante en la obra. Con familias de todo tipo, como ejemplo tenemos a la de Luffy, siendo desperdigada y con unos contrastes muy radicales entre sus miembros así como formada por personas que no tienen ningún vínculo sanguíneo, pero sí afectivo, como es su hermano Ace. También tenemos a Nami, adoptada por una antigua marine, que no dudará en sacrificarse por sus hijas. Las familias en One Piece tienden a romper los cánones tradicionales, acercándose a una realidad más próxima a la nuestra.

Belle-mere, la madre adoptiva de Nami. Fuente: Crunchyroll.
Tampoco podemos olvidarnos del racismo. Un ejemplo muy claro es la de los gyojin, una raza de seres marinos con aspecto humanoides. La discriminación por parte de los humanos los ha llevado a vivir aislados, junto a los tritones, en su país. Al inicio de la serie conocimos a Arlong, el capitán de los piratas que llevan su mismo nombre, con una actitud muy hostil, fruto de su ambición y también del racismo vivido, algo que no justifica su maldad pero sí refleja la xenofobia entre ambas especies.

La guerra no se escapa de ser introducida en una obra tan de acción como es One Piece. El enfrentamiento bélico que se presenta en Arabasta, con una guerra civil dibujada por Cocodrilo, o el contexto bélico que se encuentran nuestros protagonistas en Skypie, con una población temerosa, que opta por seguir las órdenes para evitar perder la vida, además de por el control de la región en el que se muestra una tribu que ve mermada su espacio y se revela por recuperar su tierra, producida por una colonización. Nuevamente, estamos frente a un marco histórico y de culturas que encontramos en nuestro mundo. Al que añadir la figura de la divinidad y el temor por los dioses que se hace patente en Enel, un personaje autoproclamado Dios.

La banda Baroque y el conflicto en Arabasta. Fuente: One Piece Wiki.
Nos es imposible cerrar este pequeño repaso de algunos de los temas tratados en One Piece sin hablar de la medicina. Algo que se nos enseña muy bien con la introducción de Chopper, el doctor de la tripulación, y toda su historia hasta que llega a convertirse en pirata con Luffy y compañía. La investigación y ciencia como arma para potenciar la salud, hacer frente a la enfermedad y sanar el corazón de las personas. En tiempos de pandemia, la obra de Oda no escapa de acercarnos a nuestros días.

En definitiva, One Piece ha sabido perfilar un universo muy humano, de realismo entre sus personajes, de saber reflejar nuestro pasado, presente y futuro con ingenio, con una maestría que solo los grandes mangakas saben hacer, y que permiten a la banda de sombrero de paja transcender de manera soberbia el papel y las pantallas, dando de lleno al corazón: sabiendo despertar emociones, convirtiéndose en un espejo de nuestras realidades.

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