'¡Hasta siempre, Don Glees!': una película de serie

Escena de la película. Fuente: Selecta Visión.
El mes de julio se ha convertido en un no parar de estrenos de animación japonesa en la gran pantalla. Entre medias de conocidas franquicias y míticos largometrajes, nos encontramos con ¡Hasta siempre, Don Glees!, una cinta del estudio MadHouse y dirigida por Atsuko Ishizuka, que hemos podido ver antes de su pase por salas gracias a Selecta Visión y a la agencia Madavenue. A continuación os ofrecemos nuestra crítica libre de spoilers.

¡Hasta siempre, Don Glees!: Roma es un chico que vive en un pueblo rural algo alejado de Tokyo en el que no acaba de encajar. Junto con Toto, otro marginado, forma el grupo “Don Glees”. Ambos esperan que su relación siga siendo la misma aunque se separen cuando Toto se marche a estudiar el bachillerato a Tokyo. “Oíd, ¿os apetece ver el mundo a vista de pájaro?”. Las vacaciones de verano de primer año de bachillerato comienzan con estas palabras por parte de Drop, el nuevo miembro de “Don Glees”. Como resultado de estas palabras, Roma y sus amigos se ven obligados a buscar un dron desaparecido para probar su inocencia cuando son acusados de provocar un incendio forestal. La pequeña aventura veraniega no tarda en convertirse en una gran aventura que cambiará sus vidas para siempre.

Estamos ante un slice of life de manual, de esas historias que atrapan al espectador con la vida diaria de sus personajes. Una captura dentro de la vida de sus protagonistas en un momento muy importante en su crecimiento como personas, al que se adereza tímidamente una pizca de fantasía, de esperanza al fin y al cabo en un entorno bien construido de vegetación.

La obra sabe aprovechar al máximo el paisaje, realzando las luces y sombras en un bosque que propone la aventura y marca a los protagonistas en toda la trama alrededor de la búsqueda, no solo física sino también emocional, y que despierta la empatía del público.

El bosque como principal paisaje. Fuente: Selecta Visión.
Poco se puede decir de una armoniosa banda sonora que sabe acoplarse con maestría en todo momento, que embelesa y sumerge elegantemente un viaje que se hace corto, que podría haber dado de sí una serie de varios episodios y que se ve limitado por su propio tiempo de margen.

Sinceramente, una grata sorpresa para disfrutar de un film en una estación de desconexión como es el verano. No se trata de una película que marque ni suponga un antes o después a la industria, pero sí un pequeño estímulo audiovisual entre tanta acción y títulos de moda, con un mundo de árboles y fuegos artificiales que nos hacen salir y ver más allá después de unos años complejos.

Muy recomendada para los más jóvenes y como acercamiento al mundo del anime para aquellos que no conocen propuestas como la de ¡Hasta siempre, Don Glees!, que pueden enriquecer al espectador con cintas más pausadas y de gran valor cultural.


Agradecimientos: Selecta Visión | Madavenue

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