La ventana que fue germen de nuestro amor por el anime

Sakura, la Torre de Tokio y una brillante Luna. Fuente: Amino.
Recordar. Recordar aquellas tardes repletas de anime tras acabar los deberes, merendar y saborear series que marcaron tu forma de entender y ver un país que desconocías. Un sorprendente mundo que la pantalla te acercaba, con una explosión audiovisual que despertaba tu interés. La televisión, y sobretodo las cadenas autonómicas, fueron una ventana esencial para descubrir la animación japonesa a una generación que ha crecido viendo Japón a través de esta.

Tomar conciencia y separar los dibujos animados del anime es el primer paso que di en el camino del otaku. Lo hice de la mano de Sakura, Cazadora de Cartas, a través de Canal 2 Andalucía, cuya escena introductora de la serie me produjo un "despertar" por querer saber más sobre aquel mundo que se abría ante mí, con una Torre de Tokio y la Luna como testigos del futuro de la protagonista, Sakura Kinomoto, frente a una mágica lluvia de cerezos.

También influyeron otras obras, de mayor profundidad, como la mítica Neon Génesis Evangelion, la cual no dejo de citar en numerosos artículos, Kare Kano, del mismo estudio que la ya mencionada, o Arc The Lad, basada en la conocida saga de videojuegos. Y que pese a la dificultad de entender en mayor medida sus contextos, me ayudaron a poder definir la animación japonesa con el paso de los años. Todas ellas en esas intensas tardes en las que no me perdía ni un anime en el contenedor infantil La Banda de Canal Sur y Canal 2 Andalucía.

Pokémon y Digimon. Fuente: @cherovapete_.
No todo debía ni tenía que ser títulos demasiado psicológicos o que expresaran gran violencia. Al igual que una gran parte de mi generación, Pokémon (TeleCinco y autonómicas) y Digimon (La 2 TVE) han sido pilares fundamentales de mi dosis diaria de animación. Franquicias que a día de hoy siguen en forma y continúan conectando con los nuevos públicos, adaptándose a las particularidades de cada época. Sin olvidar series firmadas por autores de gran renombre como Ojos de Gato, Lum: la chica invasora (Canal Sur/Canal 2 Andalucía) o Marmalade Boy: la familia crece (La 2 TVE).

La fantasía y la magia de la niñez supo hacer que con gran cariño no me olvide de animes que transmitieron tanto amor como Magical Doremi o Mirmo!. Incluso series que pasaron desapercibidas en gran medida como el Inspector Fabre, donde un París con personas que presentaban características de insectos habitaban y cuyo detective protagónico tenía que resolver los crímenes que encontraba. De nuevo, nuestra querida Canal 2 Andalucía era siempre esa maravillosa ventana de proyección.

Entre tanto, la acción de series como La Ley de Ueki o Shaman King, con interesantes valores que quedaban en un segundo plano ante las batallas que se acontecían, marcaron momentos en mi etapa de preadolescente, terminando entrando en ella con apuestas de carácter histórico y ficticio como Doce Reinos o títulos más gamberros y alocados como Bobobo. Precisamente, estas dos últimas fueron ofrecidas en el desaparecido espacio Fiesta TV, un programa enfocado más al público joven andaluz.

Personajes de One Piece. Fuente: RPP.
No sería otaku sin los eternos casos de Detective Conan, la búsqueda del One Piece, el futuro tan presente de Chobits, el viaje para encontrar todas las Dragon Ball, las representativas escenas de lucha de cartas en Yu-Gi-oh!, la divertida vida en Love Hina, las luchas por alzarse como el rey en Zatch Bell, las ganas de jugar al baloncesto de Slam Dunk, el inocente amor en Azuki, la necesidad de cocinar constantemente en Mr Ajikko, la invasión de Pokopén en Sargento Keroro, las desventuras de Ryuotsu en Koshikame, las alocadas trastadas de Shin Chan o la ganas de chutar un gol en el infinito estadio de Oliver y Benji.

Cada una de estas series fueron vistas en alguna cadena de televisión, mayoritariamente autonómicas (Canal Sur y Canal 2 Andalucía, en mi caso), pero también en generalistas (La 2 TVE, Antena3, TeleCinco o Cuatro) y de pago (FOXKids/Jetix, Cartoon Network, Animax, Nickelodeon, etc). Una época dorada de los 90 y 2.000 que acabó oscureciéndose conforme Internet se imponía, la crisis económica caía como tormenta perfecta y la piratería inundaba la red de redes. Ahora queda el recuerdo. Un recuerdo imborrable que apreciamos con gran tesón. Los tiempos cambian pero nuestro amor por el anime y aquellos maravillosos años serán siempre eternos en nuestros corazones.

¿Cuál era tu cadena de televisión favorita? ¿Qué animes recuerdas con gran cariño de tu infancia y adolescencia?

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2 Comentarios

  1. Buenos recuerdos con Sakura tengo, y eso que comencé a verla algo crecidito ya. También recuerdo cuando me ponía a ver los Digimons después de comer en La 2. A veces era llegar a casa, comer de bulla y tenderme un ratillo en la cama para verlo.

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