La mirada de Shinji. Fuente: Prime Vídeo. |
Tras su periplo televisivo y éxito por todo el mundo, llegó la reconstrucción de Evangelion en 2007 mediante un reboot, un reinicio de todo el universo que conocimos en forma de largometrajes que componen una tetralogía, que ha abarcado casi 15 años hasta completarse, para aportar una historia distinta a la que ya nos ofreció la serie original y la película The End of Evangelion.
Lo que parecía ser una apuesta más centrada en la acción ha terminado siendo un juego de equilibrios entre esta y la psicología presente en los personajes. Desentrañando no solo al protagonista sino también al resto del elenco para dar más vitalidad y novedad pero, a su vez, sin dejar de lado la esencia del propio anime. Hecho que se hace más palpable a partir del tercer film y que ha sabido culminar con acierto en la cuarta cinta.
The End of Evangelion y Thrice Upon a Time. Fuente: Khara inc.Official. |
Una compleja escenografía permite adentrarnos en las distintas capas tanto reales como mentales de cada uno de ellos, donde no solo es Shinji el partícipe, y cuyo papel se hace más como puente que de protagonista, realzando su madurez tras una evolución meditada que abarca la primera parte del film y que termina por ejecutarse en la segunda mitad del mismo.
Tras poder verla en su estreno, toca en su conjunto, con el tiempo, revisionarla, seguir interpretando y analizando sus significados, la crítica que presenta y su visión de la sociedad. Porque al igual que lo es su serie, la tetralogía fílmica de The Rebuild of Evangelion debe entenderse para seguir haciendo grande a la saga.
Una obra que da por concluida con gran satisfacción tanto para su estudio, su creador y el público que deja claro que Evangelion es mucho más que un anime. Es una representación de los miedos, los anhelos, los sueños, las incertidumbres, la ambición, el egoísmo y, en definitiva, la propia humanidad.
0 Comentarios