Mi padre alcohólico es un monstruo

Detalle de la portada. Fuente: Fandogamia Editorial.
En la senda del manga de ensayo que realiza Fandogamia, nos adentramos en un título que sigue la línea definida por la editorial, donde la salud mental, la adicción al alcohol y la violencia reinan en una obra íntima pero que conecta con el lector de manera magistral. Gracias a la gran F hemos tenido la oportunidad de leer este doloroso pero esperanzador cómic japonés.

Mi padre alcohólico es un monstruo: Tuvo que pasar mucho tiempo hasta que pudo comprender que lo que pasaba en su familia no era normal. En esta historia basada en hechos reales conoceremos el relato de cómo tuvo lugar la devastadora degradación de una familia. El padre de Mariko, durante toda la vida de sus hijas, se dedicó a emborracharse siempre que se le presentaba la ocasión con el beneplácito de sus vecinos y amigos. Sus hijas tenían que hacerse cargo de él para evitar que se hiciese daño a sí mismo, a la casa o a ellas... después del suicidio de su madre.

A diferencia del humor de Kabi Nagata, donde la comedia se envuelve con inteligencia al drama que presenta, en este caso, Mariko Kikuchi nos trae una historia menos filtrada, más realista a través de su trazo aparentemente simple pero que denota calidez y transmite la crudeza de los hechos que comparte en cada una de las páginas.

"En todos mis recuerdos mi padre está borracho"
Sí es cierto que la autora es la propia protagonista, aunque se nos presenta un personaje antagónico, muy real, y que se convierte en el monotema que argumenta el manga: su padre. Un hombre alcohólico que marcará de por vida a Mariko, además de a su madre y su hermana. Todas víctimas de la violencia directa e indirecta del progenitor, quien producirá todo el sufrimiento de estas, y al que sus vecinos, amigos y compañeros de trabajo arropan y encumbren constantemente.

La asociación del alcohol con las relaciones sociales será una de las principales defensas para consentir la situación que vive la familia. La salud mental de las tres mujeres, la dificultad que produce el día a día con su padre para relacionarse con otros o encontrar una pareja que la aprecie, será la constante entremedias de su formación, de su búsqueda laboral y de su misma existencia como ser humano.

Estamos ante un manga que evidencia los graves problemas que sociedades como la japonesa tienen que hacer frente, donde la familia obligatoriamente debe resistir como estructura, el sufrido papel secundario de la figura de la ama de casa, que debe aguantarlo todo y, en definitiva, el machismo omnipresente en su máximo apogeo.

"Incluso llegó a incendiar el coche conduciéndolo borracho"
Es realmente una obra muy dura, en la que ha sido difícil evitar las lágrimas, en la que empatizas con Mariko, y hace pensar al lector. Un relato realista, sin medias tintas, donde el dibujo de la autora engaña y sabe apuntar al corazón y a la emoción.

Desde luego, Mi padre alcohólico es un monstruo, no solo quiere mostrar una historia, también representa esas otras historias de víctimas de la adicción, que replantean aspectos cotidianos que hasta hace poco se consideraban normales y aceptados por la misma sociedad que ahora empieza a salir de esa cueva, que desea avanzar. Tal vez no exista cura para sanar heridas que van más allá de las físicas pero al menos mientras se viva, habrá oportunidades y apoyo que pueden ayudarte a seguir.

Cerramos la reseña hablando de la edición, un volumen único en A5 (21x14,8cm), sobrecubierta, de gran calidad como viene siendo habitual por parte de Fandogamia, compuesta de 144 páginas en blanco y negro, con traducción de Luis Alis y que podemos adquirir por 10 euros.


You to Bakemono ni naru Chichi ga Tsurai © 2017 Mariko Kikuchi

Agradecimientos: Fandogamia Editorial

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